
Quiero que seas mi cómplice, mi mitad,
que caminemos juntos hacia la eternidad.
Quiero ver tu sonrisa brillar incansablemente
y demostrarle a la gente que confío en tus caricias.
Quiero que el Sol guíe nuestros pasos;
alumbre nuestros días
y la Luna con sus mágicos destellos, nuestras noches.
Que una brisa parlanchina acaricie ambas mejillas
provocándonos algunas cosquillas.
Y cuando la vida se convierta
en un fino, delicado y sensible hilo de seda;
quiero mi amor, que cuando perdamos la razón,
mantengamos vivo en nuestro corazón
el amor que un día nos unió,
como se une la madreselva al avellano,
y que se separen resulta en vano.
Los dos, tomados de la mano,
juntos hacia la eternidad.
¡¡¡Te amo Maxi!!!